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Perseverancia, creatividad y Ley de Acceso

“La perseverancia te ayuda a mantener firmes tus sueños, a pesar de las dificultades, pero la creatividad es la que finalmente te permite conseguir lo que anhelas… Esforzarse más en algo no significa siempre mejores resultados. Debes descubrir aquellas energías tuyas que son más poderosas y utilizarlas para hacer más fácil tu trabajo, eso es creatividad. Siempre hay una forma mucho más simple de hacer las cosas y eso funciona en todo, incluso en los estudios. Si te gusta el aire libre, sal a estudiar. Si te gusta jugar, combina el juego con el estudio. Cada tarea que te cueste hacer, combínala con algo que realmente te apasione. Te darás cuenta que combinando nacerá algo absolutamente nuevo, algo que te dará satisfacción y te ayudará a cumplir tu objetivo”. Del libro "Re-Inventate" de Hernán Herreray Daniel Brown.


El texto anterior trae a mi memoria la Ley de Acceso a la Abogacía y me pregunto si esta nueva formación favorecerá el desarrollo de la exclusividad. Si hará que los estudiantes saquen el potencial que hay en ellos, si les ayudará a gestionar eficazmente sus vidas y si con ella, los futuros abogados iniciarán el camino hacia la mejor versión de sí mismo. O si, por el contrario, será más de lo mismo.


Tengo mis dudas al respecto, porque creo que no será fácil el cambio, mientras desde el ámbito familiar, escolar, universitario, etc. no se de la importancia que merece a enseñar a vivir, a desarrollarnos como personas, a ser nosotros. Entre tanto seguirá formándose gente con muchos conocimientos. ¿Pero esos conocimientos les ayudarán a liderarse como personas y como profesionales?, ¿a descubrir y desarrollar su creatividad?, ¿sus señas de identidad propias?, ¿a expresar sus diferencias con el resto de sus compañeros, todos excelentemente preparados, por cierto?


No me cabe la menor duda de que dentro del ámbito del ejercicio de la abogacía no está todo inventado. En absoluto creo que el tipo de abogado ejerciente que conocemos es el único posible y la realidad me confirma que estoy en lo cierto, porque con frecuencia me encuentro con compañeros que se están descubriendo, re-inventando y reinventando la profesión. Lo que ocurre es que para hacer eso hacen falta un tipo de herramientas que no estoy segura que sean las que proporcionará la nueva Ley.

Con frecuencia, cuando pregunto a mis alumnos qué les gustaría mejorar de sí mismos, responden que querrían conseguir una mayor auto-confianza. Pese a que han hecho una carrera, uno o dos master y un sinfín de cursos, no se sienten seguros y un número importante de ellos serían incapaces de ponerse a ejercer por su cuenta.


Si se incorporara a esta nueva formación la práctica de actitudes y habilidades que ayudaran a vivir, a conocerse, a potenciar la creatividad, las destrezas personales, a desarrollar la exclusividad, a gestionar las emociones propias y respetar las ajenas; comenzaríamos a formar auténticos líderes, capaces de dirigir sus vidas y ayudar a los otros a comandar la suya. Si no es así nos habremos quedado en el envoltorio, en el marketing y en el negocio que se genera alrededor de toda formación reglada, ¿y quién perderá con ello?, ¿los futuros abogados? ¿la abogacía? ¡Sin duda perderemos todos!!


La abogacía es una profesión con mucha presión mental, física y emocional, sin que hasta el momento se faciliten herramientas (o se haga muy escasamente), que ayuden a gestionar todo ese cúmulo de vivencias. No lo hacen habitualmente las Universidades, los Centros Post-grado, ni los Colegios Profesionales. ¡Ojala que la Ley de Acceso contribuya a rebajar la seriedad y el peso del día a día del ejercicio de la profesión! Y sino es a través de la Ley de Acceso, que se busquen alternativas, porque urge una abogacía concienciada, que tenga en cuenta a los propios abogados y a los clientes desde una perspectiva más humana. ¡Urge el cambio!!





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